LIGHTYEAR. DISNEY SIN NEGOCIO PERO CON AGENDA

Los personajes de ficción Buzz Lightyear y el sheriff Woody regresan con nuevas aventuras, donde a sus realizadores no les importa gastar millones de dólares y perder dinero. ¿Por qué?

El beso de la controversia.

Cuando se lanza un producto nuevo, se hace un estudio de mercado. De ese análisis se toman decisiones que busquen la mayor cantidad de ganancias.

Eso sería un comportamiento natural para cualquier empresa que lucha contra la competencia. No para Disney. En esta nueva entrega de la serie para niños decidieron incorporar un beso entre dos mujeres. Disney se retractó en un inicio tras las opiniones negativas, pero en marzo decidieron dar luz verde a mostrar el beso en toda su plenitud.

¿Resultado?

No importa que el filme haya sido prohibido en más de doce países musulmanes, porque eso no representa un gran mercado.

El problema para Disney es la reacción de la familia tradicional norteamericana (y en otros lugares) que decidieron no llevar a sus hijos pequeños a ver semejante película.

Seguramente algunos me acusarán de homofobia y otras tonterías cuando lean esto. Siempre hay personas que abren el oído para escuchar (o los ojos para leer) y después apagan el cerebro. No me refiero a debatir si es apropiado o no poner un beso entre dos mujeres en una película para niños.

Me refiero al mercado, a las pérdidas que sufre Disney.

¿Cuánto es el por ciento de población que no es heterosexual? (Doy esta denominación ante la gran cantidad de letras que aparecen día a día después de la lgtb...)

Muy bajo. 

La mayoría del mercado está en las personas heterosexuales, y muchos decidieron no llevar a sus hijos a ver una película con besos entre mujeres. Esas mismas personas hubieran engrosado la taquilla si Lightyear fuera una película para niños de esas que ANTES hacía Disney.

Este beso, que no tiene ningún impacto en la trama de la película, y que puede ser suprimido sin que cambie su trama, ha costado a Disney millones de dólares en ganancias.

Aun así Disney decide “valientemente” incluir el beso y hay periodistas que hasta hablan de ese “momento histórico”.

En términos de mercado es una decisión estúpida.

Voy a poner un ejemplo para explicarme mejor. En 1915 se estrenó El nacimiento de una nación. Esta pelicula racista era un canto al Ku Klux Klan y presentaba a los negros de Estados Unidos como una comunidad de borrachos, vagos y violadores.

Por supuesto que los negros rechazaron esto, y también los blancos que no eran racistas. Esto iba a limitar las ganancias de la película, pero formaba parte de una agenda del presidente demócrata Woodrow Wilson para traer de vuelta el racismo en Estados Unidos. Y en eso tuvieron éxito.

Disney es ahora parte de la propaganda de la ideología de género. Han perdido dinero con Lightyear porque alguien lo está pagando.

¿De dónde sale el dinero que paga las vallas con grandes anuncios trans o las banderas del arcoiris en las carreteras? 

El bombardeo trans está en los periódicos, en las series de televisión, en los slogan de grandes compañías y bancos.

El director Angus Maclane, con una larga trayectoria en productos de animación, hace su debut como director de un gran proyecto. ¿No le interesa ganar dinero? MacLane ha diseñado para The Lego Group, compañía danesa fundada en 1932, que dejó a un lado su intención original de entretener niños para sumarse a esta agenda de arcoiris.

Lo peor de Disney o de The Lego Group es que están siendo pagados para influir en un cambio de sexualidad en niños pequeños. A esto hay que sumar los libros de las escuelas públicas.

Lightyear, que en español significa año luz, es la distancia que recorre la luz en un año a su velocidad de 300 mil km por segundo.

Es peligrosa esta luz, ojalá no llegue a muchos niños.

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